En la actualidad, en Latinoamérica estamos frente a una crisis sumamente crítica en todos los aspectos de la vida. Es así como muchos autores afirman que la actual crisis está asociada a un “Vacío de liderazgo”.
El concepto de liderazgo ha evolucionado, antes se aplicaba para la administración de personal, lo cual trajo consecuencias negativas, ya que las personas no son “cosas”; hoy el concepto está asociado con la gestión del talento humano; por ello el verdadero liderazgo está relacionado con el trato a las personas no como “cosas” sino como talentos.
Las viejas definiciones que usan el término Recurso Humano, se basan en la concepción de un hombre como un “sustituible” engranaje más de la maquinaria de producción, en contraposición a una concepción de “indispensable” para lograr el éxito de una organización.
Cuando se utiliza el término Recurso Humano se está catalogando a la persona como un instrumento, sin tomar en consideración que éste es el capital principal, el cual posee habilidades y características que le dan vida, movimiento y acción a toda organización, por lo cual de ahora en adelante se utilizará el término Talento Humano.
La definición de talento, según la Real Academia Española de la Lengua (RAE), se refiere a la persona inteligente o apta para determinada ocupación; inteligente, en el sentido que entiende y comprende, y que tiene la capacidad de resolver problemas dado que posee las habilidades, destrezas y experiencia necesaria para ello; apta, en el sentido que puede operar competentemente en una determinada actividad debido a su capacidad y disposición para el buen desempeño de la ocupación.
La pérdida de capital o de equipamiento posee como vías posibles de solución la cobertura de una prima de seguros o la obtención de un préstamo, pero para la fuga del talento humano estas vías de solución no son posibles de adoptar.
Toma años reclutar, capacitar y desarrollar el personal necesario para la conformación de grupos de trabajos competitivos, es por ello que las organizaciones han comenzado a considerar al talento humano como su capital más importante y la correcta administración de los mismos como una de sus tareas más decisivas. Sin embargo la administración de este talento no es una tarea muy sencilla.
Cada persona es un fenómeno sujeto a la influencia de muchas variables y entre ellas las diferencias en cuanto a aptitudes y patrones de comportamientos son muy diversas. Si las organizaciones se componen de personas, el estudio de las mismas constituye el elemento básico para estudiar a las organizaciones, y particularmente la Administración del Talento Humano.
La empresa de hoy no es la misma de ayer, los cambios que diariamente surgen en el mundo influyen notoriamente en el diario accionar de cada empresa; con esto, cada uno de los componente de ella debe moldearse para ajustarse óptimamente a estos cambios.
El talento humano proporciona la chispa creativa en cualquier organización. La gente se encarga de diseñar y producir los bienes y servicios, de controlar la calidad, de distribuir los productos, de asignar los recursos financieros, y de establecer los objetivos y estrategias para la organización. Sin gente eficiente es imposible que una organización logre sus objetivos. El trabajo del director de talento humano es influir en esta relación entre una organización y sus empleados.
La participación activa del trabajador en la actualidad es de vital importancia, esto solo se puede lograr venciendo todos los paradigmas, logrando el aprendizaje participativo.
La gestión del Talento Humano debe permitir que la mayoría de los seres humanos accedan a los conocimientos, tiempo atrás solo tenían acceso la gente de buena posición económica, esto ha cambiado por los adelantos tecnológicos y ha permitido que nosotros estemos debido a la globalización en la constante de un mundo competitivo.
Para que la persona líder pueda comprometerse, primero debe conocerse a sí mismo, reconociendo sus fortalezas y también sus debilidades; de igual manera debe reconocer que las demás personas también tienen virtudes, conocimientos, capacidades y saber de ellos cuales se ignoran.
Cuando se reconoce las cualidades o virtudes que se posee, lo que tiene que hacer es creer en sí mismo, creer en sus capacidades, es creer en toda esa inmensa potencialidad que el ser humano tiene.
Para ello debe saber en dónde está, por qué esta ahí; para donde va y lo mejor, para dónde deberá ir (visión de futuro).
Al mismo tiempo, debe movilizar a todos los miembros de la organización, impregnados de mucha motivación, de tal forma que el objetivo sea alcanzado mediante metas acompañadas de acciones que conduzcan al cambio y a la evolución; responsabilidad que recae fundamentalmente en el gerente, ya que son ellos “los que tienen responsabilidad” para llevar a efecto la estrategia.
En especial vale la pena resaltar el concepto de liderazgo gerencial, por ser el que está enfocado al desarrollo del talento humano en las organizaciones, el cual es “una filosofía administrativa” que descansa en ciertos supuestos fundamentales acerca de la naturaleza humana y de la manera como la gente se comporta en las compañías.
Los gerentes deben ser líderes, que mueven la organización hacia el cambio, cuya esencia está en el talento humano; empleando las mejores estrategias para lograrlo, ellas son el producto de la creatividad y no de las normas; por ello deben ser muy realistas y practicas; deben tomar decisiones y controlarlas con la participación y el consenso.
El gerente estratega no solamente debe conocer las necesidades de la empresa sino la de cada uno de los talento humanos e interesarse con hechos por las expectativas que se puedan presentar.
Para un adecuado liderazgo del talento humano es necesario establecer un clima de “confianza”. Ésta se pierde en un solo acto inadecuado del administrador y recuperarla es muy difícil.