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Épocas de cuarentena: ¨Activando la energía de la Diplomacia en confinamiento¨

Épocas de cuarentena: ¨Activando la energía de la Diplomacia en confinamiento¨

2020-07-23T11:14:59-03:00 julio 23rd, 2020|

El intercambio con los otros tramita entre decir y saber decir; escuchar y saber escuchar. Se elige asumir una posición diplomática cuando las ideas se expresan con convicción y no es necesario confrontar. Eso sucede cuando no se tiene intención de transformar el pensamiento del otro o fagocitarlo. Cuando el peso de lo que se dice no está puesto en lograr seguidores.

Ya no es un “valor” personal tener seguidores alineados o personas allanadas al pensamiento propio. Hoy no es un signo de poder personal o de realización, es necesario que los “seguidores” sean autónomos de pensamiento y responsables de sus actos e intenciones.

El poder pasa por la capacidad de generar nuevos patrones capaces de establecer un orden más armónico o pacífico y en eso reside el arte de la “Diplomacia”. La Diplomacia que se sostiene en el nuevo orden que el mundo está estableciendo, se apoya en el concepto de que el respeto por uno mismo es la piedra angular por la que circulará el respeto a los otros.

El tipo de energía que acompaña la Diplomacia en las relaciones humanas, se constituye en una herramienta muy poderosa para quienes tienen un propósito respecto de cómo quieren habitar su mundo.

Sabemos que las elecciones, en tanto afirmaciones de lo que pensamos, sentimos y queremos manifestar, que realicemos en este momento de la historia, afectarán nuestra vida personal y colectiva, en los años venideros.

Los más Evolucionados establecen la habilidad de estar de acuerdo en el desacuerdo, su energía se encuentra disponible para seguir creciendo, volviéndose cada día más quienes auténticamente son, resultan muy claros a la hora de pedir apoyo. Se vuelven progresivamente más fuertes y más colaboradores con personas que no piensan como ellos.

Se transforma en un patrón el hecho de honrar la propia evolución y es así que se impacta en el contexto. Asumir la libertad de estar en acuerdo o en desacuerdo no cambia las cosas, no aleja del objetivo, ni de los propios fundamentos. El beneficio mutuo está presente en la mente del diplomático, es a través del beneficio mutuo que  es posible ver los acuerdos o lograr mejorar los acuerdos, incluso económicos.

Entonces:

1.- Un diplomático acepta que los otros no piensen como él, es flexible y comunicativo; ha desarrollado la habilidad de ser neutral y a la vez interesado.

2.- El movimiento se juega entre decir y saber decir; escuchar y saber escuchar.

3.- Ha desarrollado ideas complejas, las comparte, no necesita convencer a nadie.

4.-  Es capaz de generar nuevos patrones de convivencia para incrementar armonía y coherencia.

5.-  Logra estar de acuerdo en el desacuerdo.

6.- Privilegia la ética del beneficio mutuo.

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