La capacidad para moverse entre varias pantallas en una misma computadora, incluso, sobre diferentes temas es una de las cualidades de las nuevas generaciones.
Las personas ágiles se han adiestrado para hacer varias cosas a la vez o múltiples tareas en forma rápida y eficaz. A quienes atienden varias pantallas a la vez, en simultáneo, se los llama “multitask” y resultan interesantes para las empresas.
Los estudios científicos nos explican que el cerebro no puede hacer varias operaciones en simultáneo, pero, evidentemente el entrenamiento ha hecho que sea posible cambiar a velocidad de un tema al otro.
Con las computadoras de trabajo en el hogar, quienes han adquirido la habilidad de manejar varias pantallas a la vez y alcanzar los objetivos de la empresa, se encuentran incluyendo otras “pantallas”, las demandas de sus hijos, de su compañera, de lo hogareño por resolver. Y también, la pantalla de los juegos que comparte con sus amigos.
El uso de sistemas de comunicación como el WhatsApp ha llevado a que cada grupo de comunicación que interviene enviando mensajes y demandando respuesta, encuentra a una persona descubriendo en unos pocos minutos se le han acumulado más de 100 mensajes. Funciona a nivel de la mente como varias pantallas abiertas en la computadora a las que hay que dar respuestas.
El testimonio de quienes están trabajando en casa es que suelen contestar a un grupo lo que debían contestar a otro, o que comparten con la familia que vive en la casa información por mensaje. La mente se encuentra sobresaturada de estímulos mundanos.
Lo que resultaba en una ventaja porque permitía ahorrar tiempo, aumentar la productividad, mejorar el rendimiento económico; dejar de serlo cuando lo emocional, lo familiar, o lo relacional irrumpe entre las múltiples pantallas abiertas en la computadora o en el celular.
Aun cuando todo hacía pensar que los “multitask” ya estaban acostumbrados a trabajar en entornos caóticos y habían adquirido capacidad de concentrarse en sus pantallas y resolver; “lo familiar” aparece como un estímulo que produce confusión, resulta un tipo diferente de demanda.
Observar a vuelo de pájaro que es necesario cambiar, para volver a alcanzar estándares en el trabajo que permitan sobrellevar la situación de crisis, es sumamente importante.
Por eso sugerimos:
1.- Buscar en el espacio de la casa un lugar de trabajo ordenado, en el que no se van a sumar otros estímulos o interrupciones.
2.- Pautar horarios para dejar el espacio y ocuparse de la satisfacción de las necesidades básicas (alimentación, sueño, aseo, movimiento) y cumplir con las tareas domésticas que se ha convenido compartir.
3.- Separar del horario de trabajo las charlas o juegos compartidos con pares, aun cuando se supone que “puedo llevar todo a la vez”.
4.- Hacer muchas tareas a la vez debe ser compatible con mantenerse en armonía y sostener un equilibrio mínimo, hay que aprender a elegir.
5.- La multitarea tiene un costo para la mente, solo debe hacerse con un planteamiento profesionalizado.
Enojo, acelere, déficit de atención, olvidos involuntarios pueden sobrevenir cuando “se ha pasado de revoluciones”.